Ramsés II, quizá el faraón más célebre
de su civilización y el más querido y
recordado por los egipcios de hoy, sigue
recibiendo homenajes. Como cada 22 de
octubre, el sol iluminó durante 24 minutos
el rostro de su estatua en el templo de Abu
Simbel para celebrar la fecha de su nacimiento.
Un pequeño milagro de la naturaleza y la
ingeniería, pues el templo está construido de
manera que los rayos solares alumbren su figura
dos veces al año. La segunda, el 22 de febrero,
conmemora su acceso al trono.
1 comentario:
O_O qué fort!
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