jueves, 24 de septiembre de 2009

Retrospectiva veraniega


Verano intenso y de contrastes. Quizá por eso fue el mejor. Dormir en el suelo nunca fue tan confortable, si tienes la mente ocupada y llevas todo el día de aquí para allá. Me quejaba entonces, pero tenía su gracia comer cus-cus día sí, día también, observando a toda esa gente yendo de un lado para otro, a veces ociosos, y con un té en una mano y otro en la otra para ofrecerte. Más de una vez y más de dos se fueron por el desagüe, pero siempre se agradecía el gesto. Nos sentíamos bien con toda esa gente cerca, por su hospitalidad, su bondad y sus ganas de comunicarse, aunque algunos no supieran ni una palabra de inglés o francés. Te das cuenta de que hay mucha gente allí abajo, que quiere ser como aquí arriba, que pueden, pero que no les dejan...


Y de un día para otro... del sofocante calor marroquí al fresco y húmedo clima gallego, al que ya echaba de menos. Aunque a veces no quiera escuchar, me llama esta tierra, que todos los años sirve de reflexión y de desconexión para mi mundo. Solo unos días, mejor para todos. Volver a ese bosque donde varias veces sonó la misma canción en mi viejo Shuffle, unas para bien, otras para mal. Pero siempre vuelves y sabes que ya ha pasado un año. Y te abruma contemplar tan de cerca el paso del tiempo, tan patente en ese instante.



Y vuelves a Madrid y te espera uno de los mejores viajes de tu vida. Londres. Tanta belleza por encontrar solo en las calles, paseando, cámara en mano. Cortesía al más puro estilo inglés y tiendas exquisitamente decoradas donde lo que pagas es el detalle. Encanto es la palabra, y te atrapa. Me doy cuenta de que la suerte está ahí para ti, cuando menos lo esperas, pero no tanto como esperas ni de la forma en que te gustaría. Ahí la tienes, escondida. A veces aparece y te sorprende, pero luego se vuelve a ir.



¿La misma yo o tres distintas? Nadie es quién para decirte que has cambiado. Solo tú deberías saberlo, y sí, es imposible que no haya cambiado esta vez.

De nuevo vuelta a la rutina, intentando hacer la pre-matrícula si me deja el servidor. Y si no me deja... quién sabe. Quizá yo, mi cámara y Nueva York.



viernes, 18 de septiembre de 2009

Las crisis



No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar 'superado'.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos; sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.