jueves, 7 de enero de 2010

Palabras


"Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo"1. Para aquellos que tienen la fortuna de poder hablar con libertad, las palabras están inexorablemente ligadas al pensamiento. ¿Qué voy a desayunar? ¿Debería ir a clase hoy? ¿Por qué se comporta como un imbécil?

Continuamente nos planteamos preguntas de este tipo, ponderamos las respuestas posibles y, a través de un debate interno, llegamos a una conclusión. Me saltaré el desayuno e iré a clase. Visto que se comporta como un imbécil, no voy a perder el tiempo con él. Una vez que hemos llegado a una conclusión, estamos listos para actuar. El proceso íntegro de nuestro pensamiento parece ligado a una serie finita de palabras.

¿Qué ocurriría si las palabras desaparecieran? ¿Qué herramientas nos quedarían para tomar incluso las decisiones más insignificantes? ¿Qué viene primero, el lenguaje, o el pensamiento?





1 Ludwig Wittgenstein. Tractatus Logico-Philosophicus

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