Cita con la historia

Esta es una entrada programada. Y lo es porque seguramente no esté por casa a estas horas, y si lo estoy, no estaré conectada. Y esto es porque acaba de terminar la Final del Mundial 2010 (si es que no ha habido prórroga, que espero no sea necesaria). Pase lo que quiera que haya pasado, hemos de tener una cosa clara, y es que La Selección española -La Roja, si lo preferís- ha llegado alto, muy alto en la historia del fútbol. Y es como para estar orgulloso. Sé que no hay huecos en el hall of fame para los perdedores, pero ellos siempre serán ganadores para nosotros, fieles a una forma de jugar que les ha llevado muy alto, tan alto como a ganar la Eurocopa hace 2 años y a una final mundial ahora. Un momento histórico para recordar y poder contar. Poder decir y explicar a generaciones venideras los nervios que se sienten al estar ahí -yo llevo dos días muy nerviosa, y todavía quedan hasta el domingo a las 20:30-. Estuvimos ahí y queremos volver a estar, ya que los jugadores españoles son cada vez más requeridos por los grandes clubs europeos, y que así sea por mucho tiempo.

Además del plano futbolístico, La Selección ha triunfado también en otros planos. Parecía imposible una unión tan sólida entre los ciudadanos españoles, de norte a sur. Ciertas regiones en las que parece que siempre ha triunfado un punto de vista escéptico hacia el sentimiento patrio, o en las que directamente no hay libertad de expresión porque puedes ser tachado de por vida de "fascista" por enarbolar la bandera constitucional española, estos días se sienten más españolas que nunca... o al menos, han despertado sentimientos que ya existían, pero que se llevaban por dentro, como una procesión silenciosa, y que ahora se materializan en banderas colgadas de los balcones, camisetas, bufandas y pinturas.


Dos colores en definitiva.